La CNMV advierte sobre el riesgo de invertir en ICOs
Las Initial Coin Offerings (ICO) se han convertido en los últimos meses en uno de los métodos favoritos para muchas startups que buscan financiar su crecimiento. El funcionamiento en sencillo. La empresa en cuestión desarrolla su propia criptomoneda y la ofrece a posibles inversores que esperan, si la empresa crece, obtener un buen retorno de su inversión. Frente a las IPO (salida a Bolsa) que tienen un carácter público y una fiscalización por parte de un organismo independiente, las ICO son estrictamente privadas y en muchos casos, tienen un caracter puramente especulativo sin que haya un valor real que las sustente.
De hecho la poca transparencia de estas ofertas iniciales de moneda, ha llevado a países como China a prohibirlas por completo, lo que ha causado un pequeño terremoto en el mundo de las criptodivisas. En España ha sido la propia CNMV la que esta semana ha advertido sobre el riesgo de invertir en estas criptomonedas, haciéndose eco de dos comunicados de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA).
En este sentido, el organismo regulador español alerta sobre “las denominadas ofertas iniciales de monedas o ‘tokens’” y de los “riesgos en que incurren quienes invierten en esas monedas”. Los comunicados de ESMA llegan por la proliferación en algunos países europeos de este tipo de operaciones y porque “los inversores no son conocedores del elevado riesgo que estarían asumiendo al participar en ellas”.
ESMA ha advertido que las ICO son “generalmente inversiones muy especulativas y de elevado riesgo sobre las que se proporciona una información en muchos casos inadecuada”. También ha indicado que “el precio de la moneda o ‘token’ podría ser muy volátil y los inversores pueden no tener la posibilidad de recuperar su inversión en un periodo prolongado”. Además, ESMA ha mostrado “su preocupación por la posibilidad de que las entidades que promueven o participen en las ICOs no estén cumpliendo con la legislación europea relevante al respecto”.
En su opinión, y tal vez lo más grave es que “dependiendo de cómo se estructuren, las ICOs podrían no enmarcarse en la regulación de la UE, en cuyo caso los inversores no podrían beneficiarse de la protección que la legislación europea ofrece”. Incluso, ha añadido que “ciertas ICO podrían también entrañar riesgo de fraude y de blanqueo de capitales“.