El tamaño sí que le importa a las pymes españolas

Las pequeñas y medianas empresas (pymes) constituyen el auténtico músculo de la economía española. ¿Cómo se podría entender el sector servicios sin el concurso de los comercios, de los establecimientos de restauración o de las tiendas de alimentación? Las pymes representan más del 99% del sector productivo español. Un grupo de empresas que se enfrenta a su asignatura pendiente, el incremento de tamaño para competir mejor.

El 85% de las empresas españolas son muy pequeñas. Apenas cuentan con 10 trabajadores. En los países punteros de Europa, como Alemania, la dimensión de las empresas es mucho mayor. Superan con amplitud varios cientos de trabajadores. Empresas así tienen más músculo para poder sobrevivir en condiciones adversas, al tiempo que cuentan con mayores herramientas de cara a la internacionalización de su negocio.

Las fusiones se han convertido en una de las estrategias de cara a alcanzar uno de los objetivos más ansiados en estos momentos por los jóvenes empresarios españoles: el de la internacionalización de la empresa.

La Dirección General de Política de la Pequeña y Mediana Empresa asegura en un informe de hace pocos meses que existe un clima favorable a las fusiones en España. Entre los factores favorables a este tipo de procesos se encuentra la subida de las cotizaciones en bolsa, una condición que permite a las empresas pedir financiación por mayores importes de cara a una fusión. Además, los tipos de interés se encuentran en los más bajos niveles de la historia por lo que el dinero sale más barato que nunca.

La autora de este informe, Néboa Zozaya González, asegura que existe un catalizador de estos procesos, que una parte muy importante del empresariado se encuentra en la edad de retiro, con lo que existe una bolsa de empresas que van a salir al mercado de las compras por parte de otros empresarios.

El aumento de tamaño no debe ejecutarse de espaldas a la competencia. “Las empresas deben evitar basar su decisión de fusión o adquisición en factores de corto plazo, como el ahorro de costes, o en motivaciones de índole personal o de especulación”, asegura el informe.